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Comenzó su camino en la natación a los once años, porque sus padres querían que su hijo aprendiera habilidades para defenderse en el agua, por si alguna vez se presentaba una emergencia, sin saber que esa decisión iba a formar a su hijo como uno de los deportistas más destacados en las piscinas del mundo, ¿su nombre? Daniel Giraldo Correa, nadador paralímpico con recorrido nacional e internacional.
Nació en Medellín, Antioquia, en 1984, creció rodeado de actividad física impulsado por sus padres, de hecho, nadaba incluso en el colegio y eso fortaleció su gusto por las piscinas, ”tuve la oportunidad de escoger una actividad extracurricular y elegí natación, ahí me fue gustando, hasta que un día coincidí en el salón con un compañero mío que era nadador, él me vio y me dijo que lo hacía bien, me invitó a entrenar con él y desde ahí comenzó todo”, cuenta el paisa al recordar sus inicios en el deporte.
Daniel siguió nadando, entrenando y braceando para hacer realidad sus sueños, cuatro años después de comenzar a nadar llegó a la Selección Colombia de natación, compitió en Copa Pacifico y Juegos Centroamericanos.
La carrera del medellinense iba rápido, los resultados se estaban dando y las cosas pintaban muy bien, pero Colombia pasaba una época difícil, el país atravesaba una de sus peores épocas en violencia. 1999 lo llevó como refugiado a Canadá y ahí, su vida cambió, “mi experiencia por fuera me abrió muchas puertas, ahí fue que empecé a conocer sobre el movimiento paralímpico, sin saber que ese sería mi destino”.
Volvió a Colombia en el año 2006 e inició su camino en la para natación, con una enfermedad genética llamada stargardt, la cual hace que la visión se pierda de manera progresiva, “comencé a hacer las averiguaciones y desde eso estoy dándole”, mencionó el atleta que desde sus inicios ha participado en cuanta competición se le ha cruzado, Juegos Paranacionales, Parapanamericanos, Campeonatos Mundiales, incluso Juegos Paralímpicos de Londres y Río.
Con una historia de vida inspiradora, el medellinense le demuestra al mundo que la discapacidad está en la mente, nada a la par de los convencionales, estudió negocios internacionales en EAFIT, fue presidente de la Liga de deportistas con Discapacidad Visual de Antioquia y con resiliencia ha cumplido cada meta que se ha propuesto.
A sus treinta y cinco años tiene la energía de un adolescente, le gusta, le apasiona y se motiva como desde el primer día que entró al agua, “en la piscina me siento diferente, me fascina estar en el agua aunque siempre he sido flojo para el frío, pero la verdad me gusta nadar, incluso cuando me retire seguiré en las piscinas”.
Siempre está enfocado en la competencia, pues le gusta la adrenalina y siente placer al ganar, Daniel busca seguir cosechando los frutos de todo su esfuerzo, “estas medallas y victorias son el fruto de un arduo proceso, por esto entreno fuertemente”.
Al preguntarle por un ídolo en el deporte sorprende, pues cualquiera pensaría que diría el nombre de un nadador, “irónicamente me identifico con Roger Federer, es como más yo, más serio, la parte técnica de él es impresionante porque uno lo ve y uno no dice ‘wow, qué animal’, simplemente es cuando empieza a jugar y en la natación yo soy igual, al verme no es que digan que ‘man’ tan grande, que ‘man’ tan fuerte, me gusta más demostrar en la parte técnica”, dice el deportista entre risas.
Para cerrar, Daniel envía un mensaje a los colombianos y a los jóvenes que quieren hacer deporte, “anímense, trabajen, crezcan y sueñen, que cuando uno tiene sueños uno tiene que atreverse a cumplirlos, Colombia es un país con un gran talento, con regiones muy fuertes, el deporte tiene que seguir creciendo en las grandes ciudades pero también enfocarse en las regiones donde no es tan común, no se imaginan el talento que hay, por eso apóyennos y conozcan el deporte paralímpico que todavía hay mucha tela por cortar”.