#HistoriasCPC
Paola Mosquera nació en Bogotá en 1986 y desde que era una niña supo que estaba destinada a grandes cosas. A los 8 años tuvo una amputación en su pierna izquierda, esto cambió su vida y la enrutó a convertirse en ejemplo de superación, pasión y valentía.
Actualmente, Paola tiene el honor de decir que hace lo que le apasiona, pues complementa muy bien dos pasiones: medicina y deporte. Esta último es en la que lleva más tiempo, cuenta con 18 años en el deporte paralímpico y 7 años en la medicina.
“Llegué al deporte por un informe en donde recomendaron un gimnasio para personas con discapacidad física, ahí conocí a Hernán Troncoso, pionero en el deporte adaptado, él me dio a conocer otras opciones aparte del gimnasio y conocí deportes como baloncesto y atletismo, pero me encantó la natación, comencé a practicarlo en Sauzalito y después llegué al Centro de Alto Rendimiento”, mencionó la capitalina sobre sus inicios.
Sus dos lugares favoritos son distintos, pero ella los complementa, por un lado, está la piscina, donde se siente libre y siente que es un “mundo aparte”, en el lado de la medicina está la sala de urgencias, donde pone en práctica todo su conocimiento y, además, ayuda a la gente. Esto la mueve y enriquece su vida profesional y personal.
Paola lleva su vida a un ritmo acelerado, aún así, lejos de pensar que es agotador, ella lo ve más como un acto de disciplina, “no es nada fácil, pero lo he logrado, he entendido que esto es un compromiso, para el sector salud y para el sector deporte. Yo me levanto, entreno con el plan que me envía mi entrenador Fabián Calle y cumplo con los horarios en la parte médica, ambas profesiones se cumplen con disciplina y responsabilidad”.
Paola ha tenido emocionantes batallas en la pisicna, ha logrado importantes triunfos y en los Juegos Paranacionales de 2019 consiguió dos medallas de plata y una medalla de oro, esto sin duda, la llena de orgullo ya que su motivación es ella misma, “mi motivación soy yo, ponerme nuevos retos, mejorar mis tiempos y mi técnica”.
Actualmente, la parte deportiva quedó de lado para trabajar en el momento más importante de la humanidad en estos actualmente, y no desde casa como se recomienda, sino al frente y poniendo el pecho por todos, pues es médico de profesión y pasa los días de aislamiento preventivo en la sala de urgencias de la Subred integrada de servicios de salud del sur, en Bogotá, ayudando a combatir el COVID-19.
“Han sido días difíciles atendiendo a la población y recibiendo muchas capacitaciones para optimizar la atención”, afirma. Sobre el control de la pandemia menciona con calma que ha tenido tranquilidad y que su familia la motiva todos los días a seguir, “mi familia me apoya, tengo las preocupaciones normales de mi mamá, quien me dice que me cuide mucho, que no me exponga y siempre me recuerda que en casa hay quien me espere, mis gatos y mi perro, mis ‘pejelagarticos’ como yo les digo”.
En estos momentos donde todo parece estar más difícil, Paola llama a la tranquilidad y a la conciencia, “a todos los que estén leyendo esto, hay que tener conciencia, ser empáticos y solidarios en la medida de las posibilidades, no todos la están pasando bien y si podemos ayudar hágamoslo, hay que ser pacientes que, con seguridad, esto pasará.”
Para cerrar, Paola también hace una invitación para seguir entrenando desde casa, para cambiar los hábitos y aprovechar el tiempo, “en nuestros hogares existen elementos que podemos usar en la medida de las capacidades de cada uno, el deporte como sabemos es salud, libera endorfinas, así que terminamos cansados y terminamos felices”.
Mientras pasan los días, el mundo se une para superar este momento y quedarnos en casa es la mejor manera de ayudar a quienes están afuera luchando por la salud, como el caso de Paola, quién es una verdadera muestra de que cuando se quiere lo que se hace, podemos ser imPARAbles.