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Naiver Ome nació en Garzón, un pueblo localizado en el suroriente del departamento del Huila, allí cursó sus años de colegio, disfrutaba jugando voleibol y practicando atletismo y natación. Siempre ha sido amante del deporte y le gustaba representar a su grado y a su colegio en diferentes competencias deportivas.
Cuando cumplió quince años su vida cambió, “tuve un accidente, iba en un bus de Neiva a Garzón, el chofer se quedó dormido. Salí volando por una ventana y me golpeé la columna”, cuenta Naiver, quien además recuerda que sus piernas estaban frías y sentía mucho ardor en la espalda. Ese momento, aquel 19 de julio de 1994, fue como comenzar a vivir de nuevo.
Como desde pequeña le había gustado el deporte, cuando llegó a Bogotá, no dudó en aceptar la invitación de Reinaldo Ojeda al deporte paralímpico. Sus inicios fueron en natación, “siempre quería estar en la piscina, aprendí a nadar todos los estilos, y empecé a entrenar muy juiciosa hasta que clasifiqué a los Juegos Paralímpicos en Atenas 2004”, mencionó Naiver.
Y es en esos juegos donde empieza la nueva Naiver Ome, este momento marcó a su familia y todos sus seres queridos, con esa clasificación inició una nueva historia de vida, en la que ella se motiva y ve más claros sus objetivos. Uno de esos objetivos que se planteó luego de este importante logro, fue ser profesional y lo logró en 2011, año en el que se graduó de Ciencias del Deporte y Educación Física de la Universidad de Cundinamarca, un impulso más para sus competencias.
Cada paso que da en la vida, lo hace teniendo claro que ella quiere mejorar y generar un cambio a través del deporte, “quiero demostrarme que por medio del deporte se pueden cambiar vidas y llenar de orgullo a mi hijo”, comentó Naiver, para quien su motor es su hijo y su familia, quienes le dan la fuerza para ganar, mejorar y crecer cada día en sus preparación.
Una preparación ardua de entrenamientos de dos o tres sesiones diarias, “me levanto temprano, entreno, almuerzo y vuelvo a entrenar. Aunque todo depende de la competencia que esté próxima a afrontar”, un acondicionamiento que abarca desde la buena alimentación hasta su preparación psicológica, cada uno de los factores que tiene en cuenta es una responsabilidad importante y las cumple a cabalidad.
Este compromiso con su preparación y con ella misma la llevó a clasificar en diferentes eventos internacionales, y a dejar lo mejor de ella en cada uno de éstos.
Naiver solía conservar alrededor de 100 medallas de todos los torneos en los que ha participado, entre ellas, las tres ganadas en Juegos Parapanamericanos: su primera salida internacional en el año 2003, cuando quedó campeona parapanamericana en Santo Domingo, República Dominicana; una de Río de Janeiro, Brasil en 2007 y una más en de Guadalajara, México 2011.
Actualmente Naiver está dedicada al Para triatlón, “un deporte muy duro, pero cada día me motivo más para hacerlo y me apasiona”. La prueba consiste en nadar 750 metros en aguas abiertas, después pasa a la handbike, con la que recorre 20 kilómetros, y finalmente, se sube a la silla atlética con la que recorre 5 km. “Soy campeona nacional y tengo una medalla de bronce de la Copa Parapanamericana de 2016 en Sarasota, también obtuve el cuarto lugar en la Copa Mundo en Sarasota en el año 2018”. Este año se encontraba en Sarasota, Florida, para su presentación, pero a causa de la emergencia sanitaria producida por el Covid 19 tuvo que volver a Colombia. Ahora, está a la espera de que la actividad deportiva regrese para seguir trabajando en su cupo a Tokio 2020.
Naiver, con la energía que la caracteriza, deja unas cortas palabras para todos sus seguidores que han sentido barreras en su vida: “si en algún momento se han sentido sin fuerzas o se les ha presentado un obstáculo en la vida, sigan adelante, lo importante es demostrarse a uno mismo lo importante de vencer los obstáculos y demostrarnos que somos capaces”.
Fotografías Lima 2019
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