Bertha Cecilia Fernández Arango, una destacada atleta de 46 años originaria de Caicedonia, Valle del Cauca, es una de las principales exponentes del Para powerlifting en Colombia. Con una trayectoria deportiva de 12 años, Bertha ha demostrado ser una fuerza imparable en su disciplina, gracias a su determinación y amor por el deporte.
Bertha descubrió el Para powerlifting en un gimnasio adaptado para personas con discapacidad en Medellín. Fue allí donde, al observar a un grupo de atletas entrenando, decidió unirse a ellos y comenzar su viaje en este exigente deporte. Desde entonces, su rutina de entrenamiento es intensa, dedicando de lunes a sábado a fortalecer su técnica y condición física, bajo la guía de su entrenador, Jefferson.
En su palmarés se destacan títulos importantes como el de campeona Para suramericana, bicampeona suramericana y medallista mundial en Dubái. Cada una de sus competencias tiene un significado especial para ella, pero la medalla de bronce obtenida en el Campeonato Mundial en Dubái es un logro que guarda con particular orgullo. Bertha participó por primera vez en unos Juegos Paralímpicos en París 2024, en donde consiguió un diploma paralímpico en la competencia de Para Powerlifting de hasta 67 kilogramos tras terminar en quinto lugar.
Para Bertha, el estrés de la competición se maneja con técnicas de respiración y manteniéndose enfocada en sus objetivos. Define su carácter con una sola palabra: «fuerza». La fuerza, para ella, es más que un concepto físico; es la capacidad de convertir los desafíos en oportunidades para crecer y superar cualquier obstáculo que la vida le presente.
Además de su pasión por el deporte, Bertha tiene dos hobbies que son parte fundamental de su vida: leer la Biblia y arreglar uñas. Antes de dedicarse al Para powerlifting, trabajaba como asesora en una empresa de telecomunicaciones y como auxiliar contable, y fue durante ese tiempo que comenzó a estudiar peluquería y trenzado para poder pasar más tiempo con sus hijos, Cristian y Mariana. Hoy en día, sigue disfrutando de arreglar uñas como un pasatiempo.
El apoyo de su familia, especialmente de sus hijos y su iglesia, ha sido crucial en su carrera deportiva. Bertha dedica su participación en los Juegos Paralímpicos, en primer lugar, a Dios, seguido de su familia y su entrenador. Para ella, representar a su país es un privilegio indescriptible, un sueño hecho realidad que mezcla sentimientos de alegría, lágrimas y un impulso para seguir adelante.
Bertha también tiene un mensaje para aquellos que dudan en practicar este deporte: «no dejes que el miedo te frene. Con el deporte, maduras, valoras lo que tienes y descubres hasta dónde puedes llegar».
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