En 1986, el municipio de Guarne vio nacer a un niño llamado Javier, quien, sin saberlo, estaba destinado a ser el mejor ciclista paralímpico de Colombia en la modalidad de tándem.
Quien lo conoce ve en él su nobleza y carisma, pero dentro de esa percepción está un deportista tranquilo y precisamente eso lo ayuda a ser un grande en la pista, “yo soy más bien tranquilo, voy siempre paso a paso y no creo que sea afanado, voy siempre a mi ritmo y siempre me gusta escuchar, eso también me ayuda mucho en el tándem”.
Cuando era un niño le dijeron que su visión estaría limitada al 10%, pero en vez de derrumbarse, construyó la base de un campeón, “siempre es difícil, cuando se empieza en esto uno nunca se imagina todo lo que se puede lograr, pero todo va en uno, de no quedarse ahí tumbado sino levantarse y hacer las cosas solo, por uno mismo”, mencionó el ciclista.
Toda esa decisión lo llevó a un deporte que le ha dado más de 50 medallas, en las que se destacan títulos mundiales y Parapanamericanos, todo gracias a un amor por la cicla que desde niño había tenido, pero fue gracias a su hermano Elkin que se animó a llegar al deporte.
“Tener un hermano en el deporte paralímpico fue un gran impulso para mí, gracias a él pude llenarme de confianza y practicar el deporte que siempre me había gustado, después con trabajo y paciencia, los resultados se han ido dando y hoy sé que toda mi familia está orgullosa y yo también”
Precisamente, su familia es el motor que lo hace querer ganarlo todo, “ellos siempre están y pues qué mejor que retribuirles eso con mis triunfos, sé que los hace sentirse orgullosos, pero no es por los triunfos, es porque saben que estoy haciendo lo que me gusta y porque tengo un proceso en esto, que después de tantas caídas, verme en el podio es un gran logro, mi sobrino, mi hermano, toda mi familia es mi impulso”, dice Javier sobre sus más allegados.
Su carrera deportiva tuvo un impulso cuando una gloria del ciclismo convencional llegó a revolucionar la forma de pensar y competir, su nombre es Marlon Pérez y juntos son el mejor tándem de paracycling del país.
“Marlon ha aportado a mi vida esas ganas de arrasar en la pista, de saber que podemos ser los primeros y que las competencias también se ganan con la cabeza, así mismo, creo que le aporto tranquilidad y confianza en él sobre todas las cosas”.
Precisamente junto a Marlon llegó su mejor momento en el paracycling, pues se convirtieron los primeros ciclistas en la historia de Colombia en ganar el arcoíris en la modalidad de tándem, además de ser actuales pentacampeones Parapanamericanos.
Para competir en tándem es necesario tener sincronización y, sobre todo, conocerse, “el tándem no es complicado cuando entiendes que debes trabajar en equipo, que hay que confiar y saber que, con sincronización, calma y buen oído se pueden ganar las mejores competencias en el mundo.”.
“Sobre los triunfos puedo decirles que nunca se rindan, es normal a veces pensar que uno no puede, pero ahí es donde las cosas deben replantearse y salir de eso, todos podemos hacer lo que nos guste, lo que nos llame la atención y, sobre todo, lo que nos salga del corazón”.
Para cerrar, Javier Serna hace una invitación a quienes leen su historia, “enamórense de esto, le ponemos el mismo corazón, la misma pasión y las mismas ganas que cualquier deportista”, finalizó.