Paola Martínez nació en la región esmeraldera de Colombia, Otanche es el nombre del municipio de Boyacá que la vio crecer entre el paraíso escondido que representa esta parte del altiplano colombiano.
Las decisiones que se toman en la vida muchas veces no salen según lo esperado, así lo recuerda la hoy deportista cuando cuenta su historia, “a los 16 años decidí salir a dar una vuelta en la noche, iba en una moto y las vías de mi municipio no eran las mejores, es una región de esmeraldas, llena de ganado y en el momento del viaje todo estaba oscuro, me estrellé con unas vacas y esa es la raíz de mi lesión cervical”.
Precisamente esa decisión la llevó a tomar un rumbo inesperado en la vida, pues no solo le permitió conocer el deporte paralímpico, sino que se convirtió en un ejemplo de empoderamiento, pues es la única mujer en la Selección Colombia de rugby en silla de ruedas y esta responsabilidad nunca le ha quedado grande.
Antes de llegar al deporte pasó por una etapa de adaptación, que ella misma recuerda como, “muy dura, el hecho de tener que cambiar todo lo planeado en la vida y enfrentarse a una situación de estas te hace cuestionarte todo, pero así mismo entiendes que es deber de uno mismo volver a recuperarse”.
Con motivo de una mejoría en sus terapias de rehabilitación, Paola llegó a Bogotá y ahí fue que todo en su vida volvió a cambiar. A través de un compañero conoció el deporte que la enamoró, del que siempre pensó que era solo para hombres, pero estaba equivocada, pues la disciplina que se encontró era mixta, ahí, mujeres y hombres podían jugar de igual a igual.
“Yo siempre he dicho que quién conoce este deporte se enamora, ver como se chocan las sillas y como la pasión por el rugby transforma todo, es increíble”.
Al contrario de lo que podría pensar cualquier persona, ser mujer y jugar en un equipo con la mayoría de sus integrantes siendo hombres no le pesa, esto la motiva y por eso es uno de los pilares del equipo, los muchachos la respetan y respaldan porque al estar en la cancha todos son iguales.
“Esto es cuestión de saber que nosotras las mujeres podemos hacer lo que queramos, sea lo que sea que hagamos, somos unas ‘berraquitas’, juguemos rugby o no, por eso no hay que dejar que nadie te diga que una mujer no puede hacer algo, porque eso es mentira, me lo he demostrado yo y muchas más mujeres lo hacen a diario”, mencionó la atleta sobre su rol en el equipo.
Esto último ha cambiado la mentalidad de todos en el equipo, pues ella siempre quiso jugar de igual a igual, que le pegaran como a todos, pues es un deporte con mucho contacto y fricción, pero a ella le encanta que no se baje la intensidad del partido por ella ser mujer, “al principio si pasaba mucho, pero ya después todo fue igual y eso es lo lindo de este deporte, poder cambiar los estereotipos, incluso contra equipos de otros países he visto esa igualdad, en la cancha todos somos lo mismo y así mostramos respeto por el rival”.
Esta boyacense día a día entrena para ser mejor cada día. Motivada por su familia y su equipo ha llegado a grandes escenarios del Quad Rugby mundial, se ha medido contra los jugadores de las mejores selecciones y se ha convertido en un ejemplo en el mundo de que cuando se tiene pasión, ganas y amor por un deporte, no importa el sexo que seas, en el deporte lo que prima es el nivel y de eso Paola ya ha demostrado tener un montón.
De mujer a mujer, Paola Martínez envía un mensaje a todas las chicas para que se empoderen en las actividades que hagan en la vida, “basta de creer que somos el sexo débil, no crean eso nunca, levántense y rompan estereotipos, no le demuestren a nadie lo que pueden hacer porque es mejor cuando dejamos de pensar en los demás y lo hacemos por nosotras mismas, ya sea en el deporte o en lo que sea que hagan, somos unas ‘berraquitas’, créanselo”.
