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En septiembre del año 2000, nació Juan Pablo Escobar, quien con 19 años goza de experiencia, títulos y futuro prometedor en el baloncesto en silla de ruedas.
Ese niño soñador, nunca se imaginó salir de Tuluá y convertirse en uno de los jugadores más destacados del baloncesto en silla de ruedas en el exterior, llegar a la Selección y hacerse un lugar en un equipo lleno de figuras, experiencia y sobre todo, grandes atletas.
Con cinco años en el deporte adaptado, siente que está en un gran momento, pues con su edad se ha destacado en clubes de Chile y actualmente juega en Brasil. Así llegó a la Selección Colombia, con la que ya ganó un bronce Parapanamericano y se prepara fuertemente para los Juegos Paralímpicos de Tokio, pues el equipo ya está clasificado.
Precisamente, llegó al deporte cuando se encontraba en Chile, “un amigo me presentó este deporte, me encontraba en Chile y ahí me invitaron a jugar básquet, no necesité ver más, comencé a jugar y he estado jugando desde ese entonces”, menciona el valluno que es figura en el exterior.
A pesar de su corta edad, Juan es un juvenil con mucha experiencia, pues además de Chile, ha pasado por países como Argentina, Uruguay y actualmente Brasil, lo que lo llevó a hacer parte de la delegación colombiana en los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019.
Escobar cuenta con importantes triunfos en sus clubes, y llegar a la Selección fue un sueño hecho realidad, “Lima fue una historia muy feliz, a mi corta edad esto es un triunfo muy importante para mí, se sintió muy agradable, wow fue un final de infarto, pero la sensación fue muy buena”, contó Juan sobre el encuentro por el bronce en Lima 2019.
En ese partido Colombia venció al seleccionado nacional de Argentina con un marcador de 58 a 51, ganó medalla de bronce y cupo directo a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, ese 31 de agosto se veía a Juan Pablo con una gran sonrisa y así mismo recuerda cuando se vio la medalla colgada en el cuello, “al principio lo miraba y no me lo creía, fue hasta que ya no estábamos en la cancha que miraba y recordaba todo lo que había pasado, ahí me di cuenta lo que habíamos logrado y que nos lo merecíamos”.
Como todo Joven, Juan Pablo sueña en grande, lo motiva conseguir los objetivos, aprender de sus compañeros y también aportar, y con la mirada fija en Tokio sueña con una gran hazaña, “es un sueño, pero para eso debo entrenar, confiar en Dios y seguir creciendo cada vez más”.
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Para lograr todo esto, su familia cumple un rol muy importante en la vida de este imPARAble de futuro prometedor, “mi familia me motiva, me dice que soy el mejor, que me crea el cuento y que entrene, que es la única manera de llegar a lo más alto, son lo mas grande y me apoyan en todo”.
En su carrera deportiva se ha adaptado al exterior, para él esto se logra con carácter, humildad y una sonrisa, “actualmente estoy en Sao Paulo, es demasiado fuerte por el idioma, pero uno se acopla, pero pasa el tiempo y cuando uno tiene ganas, todo va siendo mejor”.
Para Juan Pablo, tener ganas es la ayuda para tener una mentalidad fuerte y este es el mensaje que quiere enviar a todos los que lean su historia, “la discapacidad es mental, salgan de sus casas, practiquen un deporte y salgan adelante, tengan eso como meta, que cuando uno quiere salir adelante, es humilde y hace lo que le gusta, las cosas se van dando”, cerró el deportista.
Durante la pandemia por el COVID-19, Juan entrena de manera disciplinada en su casa, pues considera que un día sin entrenar es un día perdido, además de soñar despierto por el sueño llamado Tokio, por seguir creciendo en el deporte y seguir haciendo parte de esta constelación de atletas imPARAbles que ponen en alto la bandera de Colombia en cualquier parte.
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